⚡️¿Tu marca resistiría la prueba de Samsonite?
Cómo probar la calidad de tu producto (sin romperlo).
Cuando Samsonite decidió probar públicamente la durabilidad de sus maletas, no estaban vendiendo equipaje: estaban vendiendo confianza. Pusieron su producto a prueba de formas que pudieron haber salido terriblemente mal.
Pero no fue así. Y ahí es donde está la magia del marketing.
¿Qué podemos aprender de esta movida arriesgada? Si realmente crees en tu producto, es momento de demostrarlo.
Veamos por qué este enfoque funciona y cómo puedes replicarlo sin el riesgo de un desastre público.
Muestra, no cuentes
Los consumidores son más escépticos que nunca. Frases como "el mejor en su clase" o "indestructible" significan poco sin pruebas. El test público de Samsonite es un ejemplo perfecto de mostrar, no contar. Al demostrar la resistencia de sus maletas en condiciones extremas, crearon un anuncio inolvidable y una confianza indiscutible.
En la campaña de la Samsonite Proxis, la llevaron a la estratósfera, aguantando -65°C y subiendo hasta 40,000 metros para luego lanzarla al vacío. ¿El resultado? Volvió a tierra sin un rasguño.
Este principio también se aplica al cine. En las películas de Marvel, Capitán América nunca necesita decir que es valiente, honorable o leal; te lo muestra. Desde saltar sobre una granada para salvar a sus compañeros hasta enfrentar a enemigos mucho más poderosos sin dudar, sus acciones comunican sus valores sin necesidad de palabras.
Mostrar, no contar, es lo que hace que un personaje —o un producto— sea realmente memorable.
Volvo hizo algo similar en su campaña “The Epic Split”. Con Jean-Claude Van Damme realizando su icónica abertura entre dos camiones en movimiento, demostraron la precisión y estabilidad de sus vehículos de una forma tan épica como efectiva.
¿Arriesgado? Sí
¿Recompensado? ¡Absolutamente!
Las apuestas arriesgadas destacan. Tomar riesgos demuestra a tu audiencia que te tomas en serio la calidad de tu producto. Es como decir: “Creemos tanto en esto que lo ponemos a prueba máxima.”
Pero aquí está el truco: controla la narrativa. Si tu producto no pasa la prueba, simplemente no lo compartas. Fácil. Esto te permite probar internamente y sólo mostrar historias de éxito, como hizo Samsonite.
Cómo lograrlo (sin romperlo)
1. Haz que tus clientes hablen por ti: Los testimonios auténticos son oro puro porque generan confianza y credibilidad.
Zendesk destaca testimonios de grandes marcas como Airbnb y Vimeo en un diseño atractivo y fácil de leer. Cada historia detalla cómo su producto resolvió problemas específicos, mostrando de forma clara y confiable por qué es una solución utilizada por empresas exitosas.
2. Deja que los expertos te respalden: Colaborar con figuras reconocidas puede amplificar el alcance y deseo por tu producto.
3. Regala experiencias sin compromiso: Probar antes de comprar es una estrategia ganadora.
Shein, por ejemplo, tiene con un "Centro de prueba gratuito" donde semanalmente sortean una variedad de productos para que los usuarios los prueben y compartan sus opiniones.
O Canva, que ofrece un período de prueba de 30 días para su versión pro.
4. Ofrece garantías irresistibles: Elimina riesgos para el consumidor con una política de devolución generosa.
Adore Beauty permite devoluciones hasta 130 días después de la compra, incluso ofreciendo reembolsos instantáneos si el cliente cambia de opinión, elige el producto equivocado o tiene problemas con la tonalidad (como bases de maquillaje).
5. Cuenta historias de éxito reales: Si eres una marca B2B, muestra casos concretos.
HubSpot documenta cómo sus herramientas han transformado los negocios de sus clientes con historias detalladas y resultados medibles.
6. Demuestra, no prometas: Mostrar el producto en acción puede disipar dudas sobre su eficacia.
En este video, Ring muestra sus cámaras en acción con casos reales y tomas desde la perspectiva del producto. Sin narración y con música que encaja perfecto con su famoso timbre, deja claro todo lo que pueden hacer.
7. Habla de los detalles técnicos: Las especificaciones bien explicadas pueden marcar la diferencia.
Tesla brilla al detallar las características técnicas de sus vehículos, como su autonomía o velocidad, ganándose a los compradores más exigentes.
8. Deja que tus usuarios lo prueben y compartan: Impulsar a los clientes a compartir cómo usan o disfrutan tu producto en redes sociales crea una valiosa validación social.
Apple lo hizo magistralmente con su campaña #ShotoniPhone. En 2014, tras críticas a sus cámaras, usaron fotos y videos reales de usuarios para mostrar su rendimiento.
Esto no sólo destacó su capacidad, sino que también recuperó la confianza de su comunidad, haciendo de sus clientes los mejores embajadores.
9. Lleva tu producto al mundo real: Crear experiencias físicas o en vivo puede convencer a los más indecisos.
Los Apple Stores son un ejemplo perfecto: permiten probar los productos, aprender de expertos y experimentar de primera mano su calidad.
10. Respáldate con certificaciones: Nada dice "calidad" como un sello de confianza. Patagonia utiliza certificaciones como Fair Trade y bluesign® para garantizar que su ropa no solo es sostenible, sino también impecable en calidad.
Sin riesgo, no hay magia
Este tipo de marketing no es para cualquiera, pero cuando confías ciegamente en tu producto, los resultados pueden ser espectaculares. Samsonite no sólo probó la resistencia de sus maletas, probó su propia valentía como marca. Esa confianza les ganó clientes y respeto.
Así que lanza esa idea loca, demuestra lo increíble de tu producto y deja que los escépticos se queden boquiabiertos.
Al final del día, si no arriesgas, no ganas... ni vendes. 😉