⚡️ ¿Por qué odian el rebranding de Jaguar?
De legado a error: Lo que Jaguar nos enseña sobre el rebranding.
La cultura cambia rápido, y algunas marcas sienten que deben reinventarse para seguir siendo relevantes. Pero, ¿a qué costo? En el afán de "modernizarse", muchas terminan desconectándose de lo que las hizo únicas.
Un caso reciente que ilustra esto es Jaguar, una marca británica con casi un siglo de historia, que decidió apostar todo por un rebranding radical.
¿El resultado?
Una lección importante sobre qué no hacer.
Un reinicio necesario
Jaguar decidió hacer algo que pocos se atreverían: parar la producción de todos sus autos actuales y desaparecer del mercado casi dos años antes de lanzar su nueva línea eléctrica.
¿Por qué una decisión tan extrema?
Porque competir en volumen con gigantes como BMW, Mercedes-Benz y Audi simplemente no les funcionó. Con ventas cayendo un 70% en los últimos tres años y una línea de SUVs que no podía competir contra Tesla o Rivian, necesitaban un cambio drástico.
La nueva estrategia busca vender menos autos, pero a precios mucho más altos, emulando el éxito de Land Rover, que genera $25,000 de ganancia por vehículo vendido.
Pero aquí surgen preguntas clave:
¿Cómo recuperar relevancia tras dos años fuera del radar?
¿Cómo conectar con una audiencia joven sin alienar a tu base leal?
Un rebranding puede sonar como la estrategia ideal, pero ejecutarlo con éxito es otro juego completamente diferente... y parece que Jaguar no lo está logrando.
El error de dejar tu esencia atrás
Jaguar siempre ha sido sinónimo de lujo clásico y diseño británico, pero su nuevo enfoque, llamado "modernismo exuberante," dejó a muchos confundidos.
En lugar de evolucionar su legado, intentaron reinventarse desde cero, alienando a sus clientes más fieles. Con una comunicación confusa y un concepto genérico, no lograron conectar ni con su base leal ni con nuevos consumidores.
¿El impacto? Una marca atrapada en un limbo, desconectada de su esencia y sin una propuesta clara en el mercado de vehículos eléctricos.
Pero profundicemos…
Branding fuera de foco
¿Un anuncio de autos sin autos?
Jaguar perdió la oportunidad de mostrar cómo este cambio se reflejaría en sus nuevos modelos.
Además, reemplazar el icónico "leaping cat" por un diseño genérico diluyó aún más su identidad, dejando a los clientes con más preguntas que respuestas.
¿Viral a qué costo?
Un post en X fue el detonante.
El post generó más de 50 millones de visualizaciones en sólo 24 horas.
¿El problema? La mayoría de las reacciones fueron negativas, ridiculizando la falta de dirección y cuestionando el propósito del rebranding.
Sí, lograron estar en boca de todos, pero el mensaje fue claro: sin un producto sólido o una visión convincente, ser viral no basta.
Además, el tono defensivo que adoptaron en redes sociales reforzó la percepción de que estaban más interesados en justificar sus decisiones que en escuchar a su audiencia.
¿El mensaje equivocado?
El lema "Copy nothing" prometía innovación, pero terminó siendo irónicamente contradictorio.
En lugar de liderar, Jaguar parece estar siguiendo el ejemplo de Tesla y otros fabricantes, sin ofrecer algo verdaderamente disruptivo que justificara su eslogan.
Kevin Dahlstrom lo resumió perfectamente: en lugar de intentar reinventarse desde cero, Jaguar debería haberse inspirado en su propia historia.
Apostar por un diseño moderno del icónico E-Type habría capturado la nostalgia y el legado de la marca, dándoles relevancia sin perder su esencia.
Tiempos corporativos vs. la realidad
Uno de los mayores retos de grandes marcas como Jaguar es que sus procesos internos no siempre están alineados con la velocidad del mercado. La idea de "modernismo exuberante" quizás pudo haber resonado hace un par de años, pero hoy parece desconectada de las prioridades actuales: sostenibilidad, autenticidad y relevancia cultural.
Este desfase es un claro recordatorio de que no basta con tener una buena idea; el timing lo es todo. Las tendencias cambian en meses, no años, las marcas que tardan en reaccionar corren el riesgo de quedarse atrás, sin importar cuán innovadora sea su visión.
¿Qué podemos aprender?
Las marcas con historia tienen una ventaja invaluable: el peso de su legado. Pero con ese peso también viene la responsabilidad de honrarlo. Reinventarse no significa borrar lo que te hizo grande, sino evolucionarlo. Tus clientes no quieren que te conviertas en algo que no eres; quieren que seas la mejor versión de ti mismo.
Si vas a rebrandear, enfócate en esto:
No pierdas tu base: Tus clientes leales son tu mayor ventaja.
Tu producto manda: Si no está al centro, tu mensaje se pierde.
Evoluciona con relevancia: Adapta tu marca sin traicionar lo que te hace única.
Porque al final, las marcas legendarias no están para encajar; están para liderar. 😎