⚡️ ¿Juguetes con ChatGPT?
Lo que Mattel y OpenAI están diseñando para los niños (y nadie está cuestionando).
Mattel acaba de anunciar su colaboración con OpenAI. La misma marca detrás de Barbie, Hot Wheels y UNO ahora quiere integrar ChatGPT en sus juguetes.
Y aunque la noticia suena a innovación, lo raro es el silencio. Casi nadie se está preguntando lo importante:
¿Qué pasa cuando la imaginación infantil depende de un modelo de lenguaje entrenado por adultos?
La colaboración
Mattel trabajará con OpenAI para explorar nuevas experiencias interactivas. Juguetes potenciados por ChatGPT, parques con elementos generativos, ideas como una Magic 8 Ball con respuestas “más creativas” o versiones de UNO donde la AI improvisa nuevas reglas.
Y no solo para productos físicos. Los equipos de marketing, diseño y desarrollo también usarán herramientas como GPT y Adobe Firefly para generar textos, conceptos, ilustraciones y más.
Y entonces, ¿cuál es el problema?
Que estamos a un paso de que jugar deje de significar imaginar. Porque un modelo como ChatGPT siempre sugiere, siempre completa, siempre improvisa.
Eso lo hace brillante para tareas, pero inquietante para momentos donde el silencio, la duda o el ensayo/error son parte del proceso de aprender.
Jugar es crear desde lo desconocido. Cuando todo lo completa una AI, el margen para el descubrimiento auténtico se reduce a casi nada.
¿Colaborador o sustituto?
No se trata solo de si un niño conversa con Barbie. Se trata de lo que pasa detrás de escena, cuando los personajes son diseñados por AI, el empaque lo genera Firefly y las respuestas las dicta GPT.
En ese escenario, ¿dónde queda la intuición? ¿Y la ética? ¿Quién decide qué es “apropiado” para que una muñeca le diga a una niña de 6 años?
La infancia siempre fue el lugar donde todo podía ser inventado. Hoy, parece que también será el lugar donde todo estará sugerido.
Y eso debería preocuparnos un poco más.