⚡️¿Robo de Voz? Scarlett vs. OpenAI
Cómo Scarlett Johansson y la controversia con OpenAI podría cambiarlo todo.
Una vez más, la tecnología se encuentra en una encrucijada con los derechos individuales. La inteligencia artificial está transformando nuestra realidad a niveles inesperados. Sin embargo, esta transformación trae consigo desafíos éticos y legales, especialmente en el ámbito de la propiedad intelectual y los derechos de autor.
La reciente controversia entre Scarlett Johansson y OpenAI arroja luz sobre un dilema que trae la AI: ¿hasta dónde pueden llegar las empresas de AI en la imitación de las características humanas sin violar los derechos personales?
Exploremos las implicaciones de este caso y lo que significa para el futuro de los derechos de autor en la era de la AI.
La voz de la discordia
Scarlett Johansson, reconocida por su distintiva voz en la película "her", está acusando a OpenAI de crear una voz "alarmantemente similar" a la suya para su asistente AI llamado Sky. En un comunicado, Scarlett dijo que rechazó una oferta inicial de OpenAI para utilizar su voz, pero la empresa avanzó de todos modos, resultando en una demo que provocó una ola de reacciones y cuestionamientos éticos.
Este caso plantea una pregunta fundamental:
¿Qué sucede cuando tu voz, una parte tan intrínseca de tu identidad, es replicada por una AI sin tu consentimiento?
La similitud entre la voz de Sky y la de Scarlett ha llevado a una batalla legal, con Scarlett buscando transparencia sobre cómo se creó la voz de Sky.
El enigma de la Imitación
Por su parte, OpenAI afirma que la voz de "Sky" no es una imitación intencional de la de Johansson. Sin embargo, el CEO Sam Altman parece haber exacerbado la situación al tweetear "her", un aparente guiño a la película donde Scarlett interpreta a un asistente virtual.
A pesar de las declaraciones de la compañía de que "Sky" utiliza la voz de otra actriz, la línea entre inspiración e imitación parece difuminarse.
En medio de las controversias y acusaciones, nos preguntamos: ¿La voz de "Sky" realmente suena como la de Scarlett Johansson?
Decide por ti mismo.
La sutileza de la similitud
¿Qué significa tener "derecho" sobre una voz?
Aunque las leyes de propiedad intelectual protegen las creaciones tangibles, la AI nos desafía a considerar la voz como una propiedad personal e intransferible. Scarlett y otros podrían verse obligados a defender no sólo su imagen, sino también su voz contra el uso no autorizado que diluye y potencialmente explota su identidad personal.
La imitación ha sido una parte fundamental del arte y la innovación desde tiempos inmemoriales. Pero en la era de la AI, la línea entre inspiración y explotación se vuelve cada vez más borrosa. Este caso subraya la necesidad de políticas más claras y consentimiento explícito antes de emular las características humanas.
Black Widow no juega
Esta no es la primera vez que Scarlett Johansson se enfrenta a un titán corporativo. En 2021, desafió a Disney por lanzar la película "Black Widow" simultáneamente en cines y en Disney+, violando acuerdos previos que prometían una exclusividad teatral inicial.
Disney respondió revelando que Johansson había recibido un pago inicial de $20 millones por la película. Sin embargo, la actriz persistió y finalmente obtuvo un acuerdo por una suma no revelada.
Este historial demuestra que Scarlett no es ajena a enfrentamientos legales con grandes corporaciones, posicionándola como posible catalizadora de cambios.
Ley “No AI FRAUD”
El caso Johansson vs. OpenAI no podría haber llegado en un momento más oportuno para el Sindicato de Actores de Cine (SAG-AFTRA), que está impulsando la aprobación del "No AI FRAUD Act".
Esta legislación tiene como objetivo proteger a los individuos de la explotación de sus voces e imágenes por tecnologías de AI sin consentimiento. La lucha de Scarlett podría servir como un catalizador para la aprobación de esta ley, subrayando la necesidad urgente de regulaciones más estrictas en un mundo donde la inteligencia artificial avanza rápidamente.
¿Dónde trazamos la línea?
El caso de Scarlett Johansson contra OpenAI podría no sólo ser una batalla legal más, sino un punto de inflexión para la ética tecnológica. Resalta la urgencia de una legislación adecuada que proteja nuestros derechos individuales en un mundo cada vez más digitalizado y automatizado.
La voz robada de Scarlett tiene el potencial de sentar precedentes cruciales para todos nosotros y aquí estaremos viendo de cerca cómo se desenvuelve todo.