Así se alimentan las estrategias e marketing de los Sesgos Cognitivos.
Nuestros defectos y virtudes (además de las limitaciones de nuestro hardware) nos hacen tomar decisiones… peculiares.
Estoas ideas son fantásticas:
a) Alka-Seltzer y el sesgo de sugestión
El famoso jingle de Alka-Seltzer “plop, plop, fizz, fizz, oh, qué alivio” recordaba a los clientes que debían tomar dos pastillas en lugar de una. Las ventas se duplicaron.
b) Nomad List y el efecto halo
Nomad List empezó a donar el 5% de los ingresos para eliminar el CO2 de la atmósfera. Las conversiones aumentaron un 200%. Sí, increíble.
c) Uber y nuestro sesgo hacia la certeza
El mapa de Uber no redujo el tiempo de espera, pero sí hizo que la espera fuera menos frustrante al ver exactamente el lugar de nuestro conductor en la ruta. La incertidumbre nos molesta más que estar sin hacer nada.
d) Los bancos de sangre suecos y la regla del seguimiento.
Cuando donas sangre en Suecia te envían un mensaje de seguimiento cuando tu sangre ha sido utilizada. El “final feliz” hace que las personas quieran volver a hacerlo.
e) Ikea y la falacia del coste hundido (tiempo)
Las tiendas de Ikea están situadas deliberadamente en las afueras de las ciudades. El esfuerzo extra para llegar incentiva a los clientes a aprovechar al máximo su viaje.
f) Lyft y el sesgo del dígito izquierdo
La reducción del precio de un viaje por parte de Lyft de 15 a 14,99 dólares tuvo el mismo incremento en la demanda de los consumidores que de 15,99 a 15 dólares.
g) Starbucks y el efecto coctel
El sonido más dulce en cualquier idioma es nuestro propio nombre. Así que Starbucks dejó de anunciar que “está listo x café”, y empezó a utilizar el nombre del cliente en sus vasos.